Cuando destetar es un acto de amor. Fidel Romero Salord















Parece que hay dos caminos que recorren
la maternidad en direcciones opuestas
el adiestramiento implacable, tan eficaz como inhumano.
y la atención al deseo del niño tan querido en este foro.
Yo, que me encuentro más cómodo en el filo de la herejía
que en el regazo de los dogmas,
me planteo que a veces, no siempre, ni tampoco para todos
hay un momento en que los dientes permiten otros alimentos
el gateo marca una distancia
y un "no" a duras penas balbuceado abre
una grieta en el cálido abrazo materno.
y entonces, a veces, no siempre, ni tampoco necesariamente para todas
amar es renunciar a que el abrazo sea lazo
y que el bebé sea sólo "el bebé de su madre"
y la madre sea "todo-suya", y el yo materno sea "todo-su-yo"
y entonces, a veces, no siempre, quizás
alguien decide dejar de ser mamá-madre
y devenir mujer-madre
y tomar de nuevo completa posesión del pecho propio
y entonces, ojalá, no siempre, ni tampoco para todos
hay un hombre-padre que descubre que ha valido la pena aguardar
cuidando de la hembra y del nido
y acoge con amor el hijo generosamente entregado para llevarle desde el umbral de su
madre hacia el ancho mundo
y recibe el don de una mujer-mujer de carne y pecho.
y entonces, quizás, no siempre, no necesariamente
destetar sin urgencias ni demoras es un acto de amor
y el trago amargo de no ser imprescindible una entrega generosa
y renunciamos a las recetas mágicas, los consejos médicos y las normas universales para
asumir juntos con lucidez e incertidumbre,
la intensa aventura ser mujer y hombre, madre y padre.
 Fidel Romero Salor (foro “Crianza Natural” enero 2008)

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