Carta de un padre a una Mamatoto.


Aquí es donde estás.
Este es tu mundo, con dos habitantes, tú y él.
Y personas que van y vienen.
Este es tu quehacer, tu medida del tiempo, tu búsqueda, tu encuentro, de tí, de él.
En ese mundo está todo lo que necesitas.
Fuera, sólo está el recuerdo de quien solías ser.
Ya no lo eres, aunque tengas el mísmo rostro y el mismo nombre.

Si sólo vas al espejo para encontrar a aquella persona, tu mirada se entristecerá.
Pero si te fijas, sin tratar de aferrarte a ninguna imagen familiar, en ese espejo, tras ese aspecto desconocido, en esa mirada, se esconde una madre.
Búscala.
No está en ese espejo, sino frente a tu hijo.
Cógelo, abrázalo, bésalo, acarícialo, háblale, sácalo al mundo al que lo has traido, amamántalo, cálmalo, escúchalo, duérmelo.
No necesitas nada más.
No necesita nada más.

En este mundo no hay maestros, sólo aprendices.
Tú aprendes de él. Él aprende de tí.
Nadie te puede decir lo que debes hacer, porque si escuchas tu corazón, ya sabes lo que necesitais. Escúchalo entre latido y latido. Está ahí todo tu saber.
Escúchate entre miedos y dudas. Estás ahí tú, la madre de tu hijo.
Encuéntrate con esa persona. En brazos tiene un bebé.
Es tu hijo. Encuéntrate con él.
Te espera.

Lleva un tiempo darse cuenta que ya no eres la mísma, que ya no eres la persona ni sus necesitades.
Eres una nueva, recién parida, límpia de tiempo, como tu hijo, pues sois esa nueva persona, una mamatoto, una mamábebé.
Qué espacios necesitais independientes. Qué tiempos. Qué objetos que os separen; qué argumentos que lo sostengan.

Sois uno.
Nunca antes hubo un sentimiento así en tu vida, salvo cuando fuiste uno con tu propia madre. Quizás necesitasteis más tiempo y ella no se dió cuenta, porque la esperaba fuera, su antigua vida. Y quizás hubo necesidades que colmar, tiempos que compartir, momentos que vivir, encuentros que tener que nunca ocurrieron.
Simplemente pasaron. Hoy vuelven a tí.

Tú no eres aquella madre, ni tu bebé es aquel bebé.
Sois seres nuevos, un mismo ser, intentando una nueva forma de vivir aquel momento, que es este momento, vuestro momento, donde sanar el pasado, donde resarcir al bebé que vive en tí, insatisfecho, y escucharlo y transformar sus necesidades en sensibilidad hacia tu bebé.
Y daros lo que necesitais, lo que nadie más puede daros, lo que sólo vosotros sabeis.

Bienvenidos mamábebé.


Más info:
http://otrabiologia.files.wordpress.com/2012/02/6-seres-humanos-i.pdf

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